PRESENTACIÓN.

BIENVENIDOS, AMIGOS Y POTENCIALES HEDONISTAS.

Agradeciendo su curiosidad, aprovecho para comentarles que el leitmotiv de este blog no pretende ser otro que compartir mi afición por la buena cocina. Sencilla pero, al mismo tiempo, original y espontánea, donde la estética vaya pareja al sabor y cada receta, sincera en su origen, se convierta en algo propio y querido.

Igualmente, no podría faltar en este rincón culinario una parte fundamental en la vida de todo sibarita impenitente: el descubrimiento, opinión y crítica de cualquier establecimiento gastronómico de interés que, a lo largo de nuestra vasta geografía, pueda servir de orientación a los peregrinos de la buena mesa.

Así pues, y sin más preámbulos, les invito a colaborar compartiendo experiencias, dejándose aconsejar o, simplemente, entreteniéndose con las palabras se se cuecen en este sabroso foro... Eso sí, siempre con dispensa de gula.

Un saludo. Sr Lobo.

viernes, 19 de agosto de 2011

“MESSINA”, La próxima estrella.

Vamos que nos vamos…

Sólo tengo que ponerme amigos… y les van a llover recetas. Hay varias esperando su turno. A ver si termino de ilustrarlas y van saliendo...

Mientras tanto, para que luego no se me quejen del tiempo que les hago esperar, vamos a ir tirando de las nuevas etiquetas y a engordar un poco nuestra olvidada sección de crítica gastronómica, recomendándoles un restaurante cuyas alabanzas, muchos de ustedes, seguro que me han oído cantar alguna vez.
Así pues, como digno depositario de este gaudeamus culinario que es nuestro “Sitio” paso, sin más adornos, a hablarles de semejante templo del placer.

Antes de nada, se hace necesario apuntar lo gratificante que resulta, por no decir un alivio, comprobar que aún se conservan, entre esta marea de establecimientos mediocres o sencillamente malos, algunos restaurantes que le hacen a uno reconciliarse con la buena gastronomía y la hostelería eficiente. Uno de los ejemplos más sobresalientes, por su constancia durante la última década en Marbella, es, a mi parecer, el restaurante "Messina".

Desde que lo descubrí he constatado que, lejos de perder ninguna de las cualidades que me sorprendieron la primera vez que lo visité, ha ido mejorando cada año; manteniendo la calidad de los productos, actualizando su carta con sinceridad -lejos de "aspavientos" gratuitos- y conservando un servicio impecable, producto de una acertada selección y formación del personal que compensa los vaivenes naturales de todo comedor.

Este local, que se deja entrever en los bajos del edificio Puerta de Marbella, se insinúa a través de unos ventanales cubiertos por sutiles visillos que apenas ocultan el interior, proporcionando un equilibrio justo de privacidad y desahogo. Pero es al traspasar su puerta cuando empezamos a sentir la verdadera atmósfera de este fino establecimiento. Un salón diáfano y elegante, con mesas bien dispuestas, ocupan el espacio justo y necesario para que sus ocupantes se sientan, durante varias horas, dueños y señores de él. El mobiliario, moderno pero discreto, es cómodo y elegante, con personalidad suficiente para no dejarse llevar por el snobismo que últimamente unifica las modas convirtiendo tantos locales en auténticas franquicias; y el ambiente, tranquilo y relajado, se deja acompañar por una música ambiental tímidamente rota por el tintinear de cubiertos y la charla moderada de los comensales.

Sus dueños, Pía en la sala y Mauricio en la cocina, son los encargados de que nuestras expectativas, en tan favorable predisposición, se vean satisfechas y ampliadas a medida que transcurre la velada. La profesionalidad de Pía, mâitre por sentido común, es natural y diligente. Agradable por naturaleza, informa y aconseja reflejando la justa medida de un jefe de sala, a veces tan proclive a los extremos. Mauricio, por su parte, discreto como deben ser los buenos chefs, delega todo el protagonismo en sus platos, cuidando cada uno como si fuera el único, por lo que, además de acertar siempre con el punto de cocina, restituye al término “autor” (tan explotado en los últimos tiempos) todo su sentido.

En cuanto a la carta, es ésta internacional y cosmopolita, variando según la temporada, y donde discretas alusiones orientales conviven con una cocina eminentemente mediterránea. No obstante, como buenos argentinos, sus propietarios mantienen siempre en ella magníficas y delicadas pastas y excelentes cortes de carnes, la cual, como no podría ser de otra forma, es de primerísima calidad.

La velada comienza como debería ser en cualquier restaurante de esta categoría (pero que, desgraciadamente -y puedo dar fe de ello- no siempre es así), con unos aperitivos, que en el caso de la Messina son tan sabrosos como originales y generosos.

Los entrantes, bien elaborados y variados, pueden combinarse con primeros platos para compartir, como el rabo de toro desmigado en puré de patata y trufa negra, el arroz meloso con marisco y queso de cabra rondeño o los siempre excelentes sorrentinos rellenos de langostinos en salsa de mango, cilantro y leche de coco. Aunque les recomiendo que dejen espacio para disfrutar de unos principales en los que, a pesar de renovarse a menudo, siempre es difícil elegir entre la carne o el pescado. La lubina salvaje o el pescado del día con tirabeques (vainas de habichuelas verdes al “dente”) -que en mi última incursión fue perca con su piel crujiente- y otros manjares que mi precaria memoria no ha logrado retener, rivalizan con una pluma ibérica sorprendentemente poco hecha (acompañada de una espectacular quinoa socarrada) de una fineza y sabor como nunca he probado en el cerdo; un chivo guisado y acompañado de sus mollejas, de infinita delicadeza; o unos pichones de Bresse elaborado en sus propios higaditos, que despertará la adicción del más reticente a este tipo de aves.

Por otro lado su bodega, adecuada en variedad nacional con algunos apuntes autóctonos, se complementa con variadas referencias extranjeras, donde no faltan, igualmente, escuetas pero acertadas marcas del nuevo continente. No obstante, a pesar de cumplir con creces en extensión, quizás se eche en falta una mayor renovación y presencia, especialmente de nuevos vinos o bodegas, por lo general de corta crianza, menos conocidos y, por ende, bien equilibrados y proporcionados.

Por lo demás, los postres, siguiendo la línea anterior, son justos en número y excelentes en calidad y elaboración, con un estupendo tiramisú (como no podría ser de otra forma) o un chocolate fundente de primorosa preparación, disponiendo de algunos vinos dulces para copear, acertados y variados.

En definitiva, Messina es un gran restaurante, todavía -en cierto modo- desconocido por la gran crítica, pero que no tardará mucho, créanme, en llamar la atención de las principales guías. Por lo que aprovechen y disfruten de él, ya que aún pueden probar verdadera “alta cocina” a un precio increíblemente proporcionado (aproximadamente unos 45€ “per testa”), pues les puedo asegurar que a este nivel se suele pagar el doble.

Sr. Lobo.

Relación Calidad-precio: Excelente*

*Para esta estimación se tiene en cuenta no sólo el precio, sino su correspondencia con la calidad de la comida, el cuidado del entorno, el servicio ofrecido y la elaboración de los platos.

2 comentarios:

  1. Si voy por allí, les diré que voy por consejo tuyo.

    un abrazo

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  2. Buenas Noches, mi nombre es Rafa, soy cocinero y como usted disfruto intensamente de los placeres de la gastronomía, he estado leyendo su blog, y me ha encantado, por su lenguaje cuidado, lo original de sus contenidos y su presentación. Permítame felicitarle, yo tambien escribo un blog de cocina, esta son las direcciones por si le gustaría echarle un ojo.

    Un saludo, y que podamos segir disfrutando de su blog por mucho tiempo

    Rafa da Silva
    Cocinero

    http://cookinupbyrafa2010.blogspot.com/
    http://cookinupconceptsbyrafa.blogspot.com/
    http://mycookinupiplud.blogspot.com/

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